Revolution

Tengo doce años, y recuerdo casi por casualidad que mañana debo madrugar a clases en ese noveno de bachillerato tan poco atractivo; salgo al patio de mi casa, donde se ve buena parte de la ciudad, y se me ocurre que, como yo, otros mile de adolescentes estarían en la misma.

¿Y si todos nos reveláramos? ¿Y si hiciéramos huelga estudiantil, todos, sin distingo? Colegios públicos, privados, estratos del 1 al 6; del norte y del sur; de aquí y de allá unidos en una sola voz: No vamos a clase porque se nos da la gana. Porque estamos hartos de los profesores, y porque no hicimos la tarea, y porque estamos viendo De Pies a Cabeza, y porque en diez años Violeta -Carolina Acevedo- va a estar hecha una mamacita y no nos lo podemos perder por realizar repetitivos ejercicios sin sentido.

Tuve, aunque con un matiz revolucionario, esa misma idea: Los domingos a las 5:30 p.m. no deberían existir.

(A propósito de un comentario de Carlos Eduardo).


*Carlos Andrés*

Comentarios

Anónimo dijo…
Estoy muy en-red-ada, 12 años Carlos? 12 años de que, lo que hace que se graduo, o los años que tenia en noveno grado, porque eso quiere decir que estudias desde los tres años... si es así entiendo el comentario que alguien un día me hizo sobre ud., él dice que ud. es SIMPLEMENTE BRILLANTE...
Espero que no sea lo que estoy pensando, que nuevamente opera mi dificultad para entenderlo... o mejor aún su dificultad para hacerse entender...Profe o Carlos? en fin... ud. siempre será mi profe...
Carlos Andrés dijo…
Creo que con el post "Miniserie" podrías entender mejor... digamos que todo surgió de una idea de Carlos E.

Mi Escrito es un recuerdo... inspirado en esa época.
Anónimo dijo…
Importante la mirada escrutadora de la comentarista. Igual, sigue siendo muy bueno el blog.

A mi me gusta mucho el artículo, lo entiendo y lo comparto plenamente.
Carlos Vásquez dijo…
Pues, si poeta es quien escribe poesía... o escribió, entonces, soy poeta y la tarde del domingo es peligrosamente tentadora.

Es como una mujer que nos llama desde la cornisa.

Solo el amor es el ancla de la vida.
Anónimo dijo…
Reaccion tardia...es un poco tarde para la huelga estudiantil, pero me uno para organizar una los dimingos a las 5:30 pm, solo digame donde y cuando

PD: llevo los carteles, y los volantes.
Carlos Andrés dijo…
Carlos: en Como agus para chocolate, hay un momento en que Tita sube al gran palomar del rancho; de allí sale a la siguiente mañana, bastante golpeada en el cuerpo y en el alma.

Cuando leí tu comentario recordé ese pasaje de la historia, y creo que la sensación es la misma: una mujer, digamos Tita, nos llama en medio de esa difícil noche a que estemos con ella, y ambos morimos. Situación digna de un domingo.
Carlos Vásquez dijo…
De acuerdo, amigo. Lo que más recuerdo del libro es que la luz debía venir del interior de la mujer y por eso traga una caja con fósforos.

Carlos E.
Carlos Andrés dijo…
Diana, es bueno recordar que también pueden hacerse revoluciones silenciosas y/o simbólicas. Por ejemplo, yo suelo vestir una correa roja, amarilla o verde que nade ve. Alteración sutil del orden. Secreto.
Anónimo dijo…
para mi el silencio no hace parte de la revolucion.

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