Una Tarde Lejana...
Ella tenía 18 años y yo 19. Hacía poco que nuestras preocupaciones infantiles habían empezado a desertar. Una tarde que fui a recogerla al colegio y me dijo que íbamos a tener un hijo. Por esos días yo debutaba como universitario y ella como mujer.
La tarde se llenó de sombras y nosotros de planes adultos por primera vez.
Cuando palabras y horas se agotaron, la llevé a su casa. Quedamos en vernos por la mañana. Dos días después, en el kiosco de un restaurante, su madre nos daba la bendición...
Nuestro hijo, nació el 23 de enero. Era rollizo y blanco como una bolsa de leche. La fiesta de la vida estuvo en mis manos por primera vez a las dos de la mañana. La bendición de Dios dormía como una piedrita de colores en el lecho de un arroyo.
Me senté a meditar sobre la grandeza de Dios reflejada en la paternidad. Dos años después, al nacer mi hija, todavía seguía reflexionando sobre lo mismo y, aún hoy, ser padre llena mis pensamientos con frecuencia.
La tarde se llenó de sombras y nosotros de planes adultos por primera vez.
Cuando palabras y horas se agotaron, la llevé a su casa. Quedamos en vernos por la mañana. Dos días después, en el kiosco de un restaurante, su madre nos daba la bendición...
Nuestro hijo, nació el 23 de enero. Era rollizo y blanco como una bolsa de leche. La fiesta de la vida estuvo en mis manos por primera vez a las dos de la mañana. La bendición de Dios dormía como una piedrita de colores en el lecho de un arroyo.
Me senté a meditar sobre la grandeza de Dios reflejada en la paternidad. Dos años después, al nacer mi hija, todavía seguía reflexionando sobre lo mismo y, aún hoy, ser padre llena mis pensamientos con frecuencia.
A veces, veo a mis hijos y quisiera llorar de alegría. Son los seres humanos más hermosos y perfectos que conozco sobre esta tierra.
Estoy seguro de que si no fuera por la niña que tocaba la campana del colegio... la misma que hoy es mi esposa, mi vida no tendría ese sabor de fruta dulce que me acompaña cada día.
Dios bendiga este día la maternidad de mi esposa, de mi madre y de todas las madres del mundo.
- Carlos Eduardo -
Este Escrito Cotidiano tiene relación con Una Ventana en Tu Sonrisa
Comentarios
OJALÁ MUCHOS HOMBRES (O LA MAYORÍA, ME ATREVO A DECIRLO), PENSARAN Y ACTUARAN DE ESA MANERA, QUE SE DETUVIERAN UN POCO A PENSAR QUE SI DIOS LOS HA BENDECIDO DE ESA MANERA LE DEBERÁN AGRADECER POR SIEMPRE, Y QUE MEJOR MANERA DE HACERLO QUE RESPETANDO ESA MUJER QUE LOS HIZO PADRES Y QUE POR GRACIA DE ELLOS SON MADRES TAMBIÉN
Todo lo resumo con esta frase" Dios gracias por la creación y ese don perfecto que nos diste".
ALEJANDRO TE QUIERO Y TE ADORO.....TU PADRE
ATT: OSCAR IVAN ARRIETA MERCADO