Mesero... ¡Por Favor!
La pregunta llegó desde atrás de la cortina de bambú...” ¿Qué va a tomar?” Era extraño, pero considerando que era el único dato que no le había dado en la mesa, la asumí como una pequeña impertinencia del mesero.
Sin embargo, unos segundos después, me preguntó de nuevo con un tono intermedio entre la calma y la desesperación: “su almuerzo con sopa o sin sopa?” Esto ya era el colmo, pero no había terminado, acto seguido volvió a la carga: “señor, ¿quiere menú ejecutivo o combinado?”.
No sabía cuál era la diferencia entre los dos, pero dije “combinado” como por decir algo. Subí el cierre de mi pantalón y salí del baño.
...Arjona sonaba en la radio.
De regreso en la mesa me quedé pensando si el mesero parado junto a la cortina de bambú que completaba el pedido tendría que ver con lo que ahora se llama “servicio” personalizado. O ¿sería quizás el “mercadeo uno a uno” del restaurante? En todo caso, me quedé con la idea fija de que me habían cogido “con las manos en la masa”.
Pero la última cosa que pasó por mi mente, antes de que me sirvieran el “combinado sin sopa y con jugo de guanábana” fue que el mesero impertinente era igual a muchas personas que piensan que “más vale pájaro en mano que cien volando”.
Ahí les queda el interrogante.
Sin embargo, unos segundos después, me preguntó de nuevo con un tono intermedio entre la calma y la desesperación: “su almuerzo con sopa o sin sopa?” Esto ya era el colmo, pero no había terminado, acto seguido volvió a la carga: “señor, ¿quiere menú ejecutivo o combinado?”.
No sabía cuál era la diferencia entre los dos, pero dije “combinado” como por decir algo. Subí el cierre de mi pantalón y salí del baño.
...Arjona sonaba en la radio.
De regreso en la mesa me quedé pensando si el mesero parado junto a la cortina de bambú que completaba el pedido tendría que ver con lo que ahora se llama “servicio” personalizado. O ¿sería quizás el “mercadeo uno a uno” del restaurante? En todo caso, me quedé con la idea fija de que me habían cogido “con las manos en la masa”.
Pero la última cosa que pasó por mi mente, antes de que me sirvieran el “combinado sin sopa y con jugo de guanábana” fue que el mesero impertinente era igual a muchas personas que piensan que “más vale pájaro en mano que cien volando”.
Ahí les queda el interrogante.
- Carlos Eduardo -
Comentarios
Pero así es la vida, él flaqueó y dio con un escritor. No sabemos con quien nos encontramos en un baño. Así seamos el mesero del restaurante de dicho baño.
Ideas iniciales.
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