El Mudo de las Rutas
La vida pasa por la ventana de la buseta inmóvil. Me pregunto que es más fácil: ver el mundo sin prevención y tropezar con la cotidianidad o tener los ojos bien abiertos y acechar el gazapo cotidiano.
Mientras tanto, la misma gorda viaja en el puesto del pasillo por que “me bajo un poco más adelante”. El mismo adolescente engominado, de piercing y tenis de charol rojo se sube de afán. La misma amiguita del chofer se sienta a su lado y nunca paga. Los mismos niños recién bañados van al colegio. El mismo tipo grita las mismas rutas de transporte público…
Solo que el tipo que grita junto a mi ventana es mudo… el muchacho solo emite sonidos guturales y nasales. Es flaco, desgarbado y tiene un lunar en la barbilla. Su mudez es consecuencia de una sordera de nacimiento.
Hace tanto que trabaja como voceador que ya es parte del entorno. Siempre me saluda con la cabeza y masculla algo que imagino como un “Buenos días, vecino” o algo parecido.
Me llama la atención la tragicómica situación del muchacho. El otro día escuché a un par de conductores que decían: “increíble, de todos los oficios del mundo, este “man” viene a hacer justo el que menos le conviene”.
Ahora grita en su lenguaje críptico que esta es la “ruta 04 que pasa por la Clínica Somer y va hasta San Antonio”. ¿Qué cómo sé qué eso es lo que dice? Francamente, no lo se, solo lo imagino mientras el “muchacho sin palabras” recibe los doscientos pesos que le ofrece el conductor.
La buseta arranca. El hombre se ha ganado su propina esta mañana…
Mi pregunta inicial ha sido contestada.
Mientras tanto, la misma gorda viaja en el puesto del pasillo por que “me bajo un poco más adelante”. El mismo adolescente engominado, de piercing y tenis de charol rojo se sube de afán. La misma amiguita del chofer se sienta a su lado y nunca paga. Los mismos niños recién bañados van al colegio. El mismo tipo grita las mismas rutas de transporte público…
Solo que el tipo que grita junto a mi ventana es mudo… el muchacho solo emite sonidos guturales y nasales. Es flaco, desgarbado y tiene un lunar en la barbilla. Su mudez es consecuencia de una sordera de nacimiento.
Hace tanto que trabaja como voceador que ya es parte del entorno. Siempre me saluda con la cabeza y masculla algo que imagino como un “Buenos días, vecino” o algo parecido.
Me llama la atención la tragicómica situación del muchacho. El otro día escuché a un par de conductores que decían: “increíble, de todos los oficios del mundo, este “man” viene a hacer justo el que menos le conviene”.
Ahora grita en su lenguaje críptico que esta es la “ruta 04 que pasa por la Clínica Somer y va hasta San Antonio”. ¿Qué cómo sé qué eso es lo que dice? Francamente, no lo se, solo lo imagino mientras el “muchacho sin palabras” recibe los doscientos pesos que le ofrece el conductor.
La buseta arranca. El hombre se ha ganado su propina esta mañana…
Mi pregunta inicial ha sido contestada.
- Carlos Eduardo -
Comentarios
Pero vivimos frecuentemente situaciones similares... lo que otros nos dicen lo oímos aun sin reconocer sus palabras.
Pensemos en los saludos... en el "holacomoestas" que suena como una palabra junta, "bienyvosquemas", respondemos.
En cuanto a la forma de escribirlo, me gusta la imagen del mundo pasando por las ventanas móviles de la buseta. Totalmente lo contrario a lo que uno siempre ve: el mundo quieto y el vehículo en movimiento.
una persona como este da esperanzas de vivir y de luchar cada dia por los sueños q se quieren, q nos da la serteza de q estos algundia se pueden llegar a cumplir para bien nuestro y de los q nos rodean.