Tal vez sólo suceda una vez al año: la rara sensación de volver a la oficina –después de las vacaciones decembrinas- y sentir que se extrañaba ese lugar.
¿Se extrañaba? Demasiado! Por lo menos yo estoy feliz, en ocasiones me hastiaba de tanto ocio; aunque confieso que he tenido problemas con el tiempo, pues el día no me rinde para nada –pueda ser que no me demore mucho en volver a coger el ritmo-
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