"Sindrome Bonachon Buenaparte"

Este texto pertenece al ciclo de Síndromes Ecotidianos...



Para el enfermizo de este mal (sule poseerlo solo los fines de semana) a las 10:30 PM no se esta acabando la noche, por el contrario apenas comienza; “la noche es joven” porque según él acaba a las 4 o 5 de la mañana.

Su especialidad es bailar; si a él le encanta “azotar baldosa” sabe bailar merengue, porro, salsa, vallenato... y si algún ritmo no se acomoda al repertorio de sus pasos, lo soluciona con unos cuantos tragos de alcohol, ¡ojo! Antes advierte a su pareja diciéndole cosas como: yo no es que sea el mejor “tirando paso” pero hago el intento o bailemos pero tu me enseñas.

Cuando alguien le atrae no suele verla como una persona, se confunde con un centro de beneficencia o psicología; puesto que le cuenta todos sus problemas y si no los tiene los crea: la esposa no lo quiere, el hogar de mal en peor, su jefe es un tirano, los hijos no lo respetan, “nadie me quiere ,todos me odian.”

Su estrategia para conquistar es casi siempre la misma; pues para él no hay nada mas efectivo que el alcohol, el baile, la moda y por supuesto el dinero; se acompaña se frases conquistadoras e insinuantes (para él), a esto se le suma los varios pares de algún trago que hacen que dicho personaje parezca mas ululando que hablando.

Sus anécdotas no pueden faltar; cuando deja hablar a la otra persona es escasamente para saber su teléfono, dirección, trabajo. En pocas palabras algo que le permita volver a ver (eso cree) a la persona que tan pacientemente lo ha escuchado.

Cuando llega (sobrio) a un lugar suele tener una actitud seria y algo analista, pero después de un tiempo (ebrio) baila solo, habla como para todo el mundo, y mantiene una euforia que de un momento a otro decae y cuando no llora es porque se duerme.

Después de una pequeña siesta, viene la fase final de su afección; mas conocida como “guayabo”. Los hay de muchos géneros; esta el depresivo: miedo a la soledad, el moral: donde se arrepiente del ridículo del día anterior y de el dinero que se gasto, y el físico: dolor de cabeza, sed y malestar general. En esta fase la persona promete demorarse para volver a provocar dicho síndrome; aunque en algunos casos después de un baño, la persona empieza a tomar cerveza fría (para la sed) y al cabo de un rato esta de nuevo en su afección.

Haciendo punto aparte en lo referido a mi texto; no sobraría decir que nuestra sociedad se ve cada día mas asechada por toda clase de síndromes: piratería, política, drogas, abuso de mujeres... y no pude faltar el que esta de moda “síndrome insano contra la niñez”; pero no todo es malo, Colombia en especial Medellín y Cartagena se han dejado contagiar de un síndrome buenísimo “síndrome hay festival” ¡que bien por nosotros!

Comentarios

Carlos Vásquez dijo…
Me gusta tu texto e identifico algunos seres a mi alrededor con este problema.

Es un buen retrato de un síndrome social.

Algunos necesitan tomarse un par de tragos para atreverse a hacer lo que no harían nunca en sano juicio.

Entradas populares