El Síndrome del Melodrama, primera parte

Por estos días volví a ver Tacones Lejanos, la película de Almodóvar. Estaba en casa con una amiga y no paré de reír cada vez que algún detalle visual, sonoro o narrativo parecía más exagerado de lo que se podría esperar. Al final estuvimos de acuerdo en que la película, tanto como otras buenas obras del director español son como “una novela de un solo capítulo, rodada en cine de 35 m.m”. Homenaje al melodrama.

Recordé entonces alguna conferencia en la que nos explicaron cómo los melodramas televisivos (principalmente las telenovelas) han influenciado los imaginarios colectivos de las relaciones de pareja contemporáneas. Las referencias se les pueden hacer familiares; pero para comenzar quisiera que observaran una conversación (y ojalá una discusión) entre novios, para comprobar cómo en nuestros diálogos cotidianos hacemos intertextos con los parlamentos de los actores de televisión.

Son varias las formas como esta influencia se manifiesta.

En primer lugar, la actitud de melodramatizarlo todo. En ello se pueden remitir al “Síndrome de la Tragedia Griega”, de Carlos E. La idea básica es que ante un hecho cotidiano, la persona “arma una tormenta en un vaso de agua”. Es típico que, por ejemplo, ante la respuesta negativa a una invitación a salir, el “afectado”, en vez de decir “Está bien, otra vez lo intentamos”, suele llevar la mano a la frente y decir cosas que buscan el remordimiento en el otro: “Bueno… yo sólo quería que estuviéramos juntos un rato; igual, parece que aquí el único interesado soy yo. Está claro que en esta relación yo lo doy todo mientras tú… En fin; así es la vida. “. Si están casados a ello se le puede agregar un “Ya tenía razón mi mamá cuando me dijo..”.

Segundo Síntoma (recuérdese que un síndrome es un conjunto de síntomas que configuran algo…), el maniqueísmo para enfrentar la vida. Es decir, ese vicio de creer que en la vida las cosas O son buenas O son malas en sí mismas; el maniqueísta, y con ello el melodramático, elimina los matices. En las telenovelas, el bueno es bueno, y el malo es malo; no hay otros términos medios. Y lo peor: no se justifica la forma de ser ni de uno ni de otro: el bueno nació bueno y lo será para siempre; mientras, la mala nació mala, tiene la ceja alzada y un rostro amargo. En ocasiones llevamos estas características a lo cotidiano. Cuando la pareja reclama algo, contestamos “Ah… entonces el malo soy yo”, “Ahora resulta que todo es mi culpa”, etcétera.

Tercer síntoma, la idealización del matrimonio. En las telenovelas parece que todo terminara con el matrimonio; pareciera que todos los problemas terminaran con la unión de la pareja. La manera como esta característica del melodrama ha influido nuestros imaginarios es contundente, a todos nos consta. La vida real nos enseña, sin embargo, que con el matrimonio terminan un grupo de problemas, a la vez que inicia otro. Juguemos a la caricatura en las imágenes del final de una novela tipo Corín Tellado: Luego de mil problemas, la pareja estelar por fin puede casarse; la novela termina con un zoom in al rostro de ambos mientras logran un beso que simboliza el amor, la unión y la felicidad. Están en la habitación de un hotel, o en su hogar de recién casados; la velocidad de los planos aumenta, cada nueva imagen entra por fundido: los vemos en siluetas, picados, planos cerrados, mientras consuman su amor; la cama es dorada con sábanas de seda. De repente la pantalla se ve invadida por un fade a blanco, y una letra script anuncia en un color oro: “Fin”.

En las novelas funciona así; en la vida cotidiana... (continuará)

Por ningún motivo se pierda el próximo capítulo de... El Síndrome del Melodrama

Comentarios

Anónimo dijo…
alguna vez en clase una profe nos dijo que los melodramas (novelas)son el reflejo de un un pueblo... lo que lei en su escrito más lo que he observado...lo confirma.

Pd: arango que buen escrito, es bastante melodramatico...
Xiomy dijo…
Muy cotidiano tu texto; recordé viejos tiempos, y es verdad casi siempre en la relación hay un sufrido que se la pasa todo el tiempo quejándose frente al relajado o tranquilo.
Anónimo dijo…
Definitivamente son todo un melodrama, la pelicula y las relaciones sentimentales, eso jamas cambiará.
Pd: gracias por la invitación
JMC
Carlos Vásquez dijo…
El otro día imaginaba la mente de un escritor de telenovelas. Debe haber un cóctel como...

Hombre rico encuentra mujer pobre que se quedá con la empresa de su familia por que resulta ser la heredera auténtica de la fortuna de una familia con apellido rimbombante.

Es importante que en la novela no falte:

Una violación.
Un tipo feísimo, malo y con una risita insoportable.
Un accidente con pérdida de memoria.
Un grupo de ricos que se la pasan en una bata con bufanda de seda y nunca trabajan como los demás.
Un diálogo irreal con acentos melodrámaticos y teatrales.
Una loquita que todo se lo disfruta.

No sigo porque se me ocurrió explorarlo un poco más y escribir un blog: Recetario para novelón sentimental

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