BELÉN 172

Escrito Cotidiano por Diana Montoya.


Cuando nos mudamos lo primero que pensé fue: ¡montar en bus, que horror! mi por-venir se veía oscuro y triste… para ser honesta no veía un futuro agradable.

Del trasporte público imaginaba infinitas vueltas por la ciudad, filas inacabables, conductores malgeniados (condición indispensable para esta ruta), gente apiñada y malos olores. La vida me enseñó lo equivocada que podía vivir sin salir de mi bolita de cristal con espejado hacia adentro.

Llevo un año recorriendo las calles en esta ruta. Ya he logrado “arrancarle” un saludo y hasta una sonrisa a los conductores, he aprendido conceptos básicos de música, pintura, dibujo en plastilina, culinaria… También sé donde queda el das y el F-2.

Desde mis 35 minutos mágicos en esta ruta, les comparto una graciosa anécdota:

En la última silla del bus, se sientan dos jóvenes. Hablan un rato de cualquier cosa hasta que uno le cuenta al otro sobre el “espectacular” regalo que le abuela le dará por su grado: “Le va a arreglar los cojines de la sala”. Sala que el joven manifiesta nunca usar. La abuela los va restaurar como un regalo para su nieto. “¡Qué detallazo!” Pasan cinco minutos, los muchachos se bajan y tres cuadras mas arriba veo una señora casi de 80 años que cruza la calle con un cojín (si, de esos de sala) entre sus brazos.

Y fue en ese preciso momento cuando comprendí la diferencia entre escucha y observación.

Comentarios

Anónimo dijo…
Cuando lei lo del regalo me parecio muy tonto, pero cuando imagine a la señora hasta senti escalofrio y me parecio realmente conmovedor. Que bacano recibir un mensaje asi.
Carlos Andrés dijo…
...pues... así como cuando Homero le regaló una bola de boliche a Marge (marcada con "Homero", dizque para que lo recordara) los seres humanos solemos regalar lo que quisieran que nos regalaran a nosotros. A mí, por ejemplo, me encanta regalar libros, entradas a conciertos y discos.

Por cierto, el 26 de noviembre cumplo años.
Anónimo dijo…
CARLOS... MUY DIRECTO EL MENSAJE.

OJALE NO SE ME OLVIDE,PORQUE EN OCASIONES SUELO TENER MALA MEMORIA. UN ABRAZO.
Anónimo dijo…
Que valioso regalo!! un texto muy bonito; tu anécdota me crea una imagen tierna.
Me identifico con lo que uno siente cuando hay nuevos cambios, sobre todo si estan relacionados con el lugar donde uno vive.
Anónimo dijo…
Apoyo a Diana, Carlos muy directo tu mensaje ¿como van las casas ...?
Anónimo dijo…
Pues bien interesante la historia, seguro uno nunca sabe donde puede encontrarse con algo que deje grandes enseñanzas. Muy buena.
JULIANA.
Anónimo dijo…
carlos e gracias por la imagen.

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