El fantasma del ex -novio
Ensayo mítico-urbano (sin terminar) por Carlos Andrés
Que los mitos, los espantos, las bestias y los miedos son necesarios, lo explica el hecho de que cuando ya no hay montes oscuros en los cuales la noche vea brotar de la tierra toda cantidad de fenómenos tipo Madremonte, Llorona, o Cura sin cabeza, nos ha dado por inventar los mitos urbanos. Y de todos ellos, uno de los que más frecuentemente realiza a apariciones es, sin duda, "el ex" (nombre científico: exnovio o exnovia).
Sus formas de emerger son bastante más sofisticadas que los fantasmas que asustaron a nuestros padres y abuelos; y son tan variadas que hace difícil a cualquiera ser capaz de predecir dónde y cuándo va a aparecer. Nadie sabe en qué momento, lugar o situación a la novia de uno la ataca dicho fantasma: una canción, una palabra, una mirada, sin saber cómo, le generan a la víctima toda una serie infinita de recuerdos en la piel. Eso sí: una vez aparece, es difícil recomponer la situación.
Piense por ejemplo cuando la desprevenida (¿o malintencionada?) suegra mencionó ese otro nombre maldito creyendo llamarlo a uno. La situación es un verdadero campo minado en épocas como diciembre, ese mes en que toda la familia se encuentra reunida. Allí, nunca falta el tío desmemoriado que pregunta por los papás de uno con los nombres de los papás del "ex" de su sobrina. La suegra, más incómoda que nunca, trata de explicarle al sujeto en cuestión que la hija ya ha cambiado de novio. A veces se logra recomponer el camino, y una excusa surge a funcionar como bálsamo en el asunto: se intenta esgrimir un "qué tal lo de la reforma que están proponiendo en el Congreso", o acaso un "Ese partido de hoy va a estar buenísimo" para disimular la situación. Cuando no se logra, a veces el susodicho tío trata de salirse del asunto con algo peor: "¿Otro novio? Esta niña cambia de víctimas con una facilidad..."
Otro terreno difícil lo constituyen los videos o álbumes familiares, porque ver a un "ex" es el certificado de que, aunque en el fondo pudiera desearlo, uno no es el primero, y tal vez no sea el último. En la prueba del álbum familiar, cualquiera de las opciones posibles es terrible: si son muchos los exnovios que aparecen en los registros fotográficos, se ponen en práctica esos principios olvidados de cálculo básico... entonces proyecta, y piensa: "uf, tantos novios en menos de tres vacaciones a la costa... varios diferentes por cada temporada ¿seré yo el de la temporada?" Pero la otra opción no es más optimista: que en todas las imágenes, desde la primera comunión, hasta los grados de la universidad, pasando por la fiesta de quinces y los grados del colegio, haya sólo un sujeto. En ésa, el fantasma es más grande, y la familia no deja de compararlo a uno constantemente con él, porque hay demasiada información del otro sujeto... el cual, además, ya es amigo de todos los primos de la novia de uno, quienes hablan todo el día de él, y van a pasear con facilidad a su finca.
Por lo general, uno puede terminar por convencerse de que la familia de la novia necesita más al exnovio que a uno, porque tenía más dinero, más relaciones, mejor carro, mejor apartamento, mejor trabajo... o más específicamente: ¡porque él sí tenía dinero, relaciones, carro, apartamento y trabajo!
Así, cuando uno tiene la rabia producida por ese montón de sensaciones juntas, se termina por consolarse pensando que de seguro uno será el fantasma para el novio siguiente; se fantasea con pensar que habrá un próximo a quien le preguntarán por los papás y por la carrera de uno... Y tal vez eso influya en que a veces se "marque el territorio": así como se ve en el canal Discovery que los machos Alfa de la manada orinan su campo... uno dedica canciones, regala lociones, prendas de vestir (o desvestir). Todo eso -en parte- para que en algún momento, así como a uno le dañaron la tarde, otro sufra igual, ¡para que vea cómo es de bueno!...
Mientras escribo esto en mi oficina, un compañero escucha rancheras (a pesar de ser miércoles en la mañana); entender las letras de esas canciones y pensar en el tema, me vuelve a ratificar esa famosa frase según la cual "el amor es eterno... mientras dura".
Comentarios
uno lo llora "20 años", cuando logra trasformar todo ese dolor en recuerdos (y ademas bonitos, aparece, pero no el fantasma sino el sujeto completico, diciendo que "aun nos ama", cuando el ya solo es un lindo recuerdo. En fin asi es la vida.