SANCOCHO EN LA CASA DE OMAR
Escrito Cotidiano por Carlos Eduardo Vásquez.
Cuando sustenté el trabajo de grado de una especialización en gerencia, pensé que estaba preparado para moverme con tranquilidad en un entorno económico cambiante como el colombiano. Eso fue hasta que recibí la lección de economía que relato a continuación.
El fin de semana, estuve compartiendo la colombianísima tradición del sancocho en leña. Mi cuñado vive entre Rionegro y El Carmen y allí nos reunimos para pasar la tarde. La finca tiene huerto, gallinas, perros, pericos, cebaderos, perros y frutas.
En la olla hervía el glorioso sancocho de gallina y la charla avanzaba por diferentes temas. Yo, como buen subproducto de ciudad, no pude evitar el mismo comentario de siempre: “hombre, definitivamente, vivir en el campo si es vivir en el paraíso”.
La tarde llegaba a su final cuando Omar contó la historia de unas granadillas que tuvo que esconder para evitar que crecieran sin que se las robaran las manos ociosas y abusivas que pululan en la región.
Y esta fue la historia que motivó la lección empresarial que nunca olvidaré durante el resto de mis días…
“Vea, Carlos, es que cuando uno tiene finca y cultivos, la producción de la finca tiene que dar para los pájaros, los ladrones, las ardillas, los niños y si queda, para uno mismo.”
Me quedé pensando en el asunto e inmediatamente reformulé lo escuchado en un aforismo corporativo:
Si uno quiere hacer empresa en este país, tiene que tener en cuenta los secuestros, las extorsiones, las “vacunas”, la delincuencia común, los impuestos, la envidia, los desastres naturales, la imprevisión del Estado, la presión de los “peces gordos”, la inflación, la incompetencia y la corrupción…
Y si queda algo para uno… seguro que es un milagro.
Cuando sustenté el trabajo de grado de una especialización en gerencia, pensé que estaba preparado para moverme con tranquilidad en un entorno económico cambiante como el colombiano. Eso fue hasta que recibí la lección de economía que relato a continuación.
El fin de semana, estuve compartiendo la colombianísima tradición del sancocho en leña. Mi cuñado vive entre Rionegro y El Carmen y allí nos reunimos para pasar la tarde. La finca tiene huerto, gallinas, perros, pericos, cebaderos, perros y frutas.
En la olla hervía el glorioso sancocho de gallina y la charla avanzaba por diferentes temas. Yo, como buen subproducto de ciudad, no pude evitar el mismo comentario de siempre: “hombre, definitivamente, vivir en el campo si es vivir en el paraíso”.
La tarde llegaba a su final cuando Omar contó la historia de unas granadillas que tuvo que esconder para evitar que crecieran sin que se las robaran las manos ociosas y abusivas que pululan en la región.
Y esta fue la historia que motivó la lección empresarial que nunca olvidaré durante el resto de mis días…
“Vea, Carlos, es que cuando uno tiene finca y cultivos, la producción de la finca tiene que dar para los pájaros, los ladrones, las ardillas, los niños y si queda, para uno mismo.”
Me quedé pensando en el asunto e inmediatamente reformulé lo escuchado en un aforismo corporativo:
Si uno quiere hacer empresa en este país, tiene que tener en cuenta los secuestros, las extorsiones, las “vacunas”, la delincuencia común, los impuestos, la envidia, los desastres naturales, la imprevisión del Estado, la presión de los “peces gordos”, la inflación, la incompetencia y la corrupción…
Y si queda algo para uno… seguro que es un milagro.
Comentarios
1.Se de lo que hablas amigo, ahora como profesor de mercadeo soy propulsor de la misma casuística gringa. ¡Qué verguenza!
2. Gracias por apreciar los escritos. Aunque para llegar a la alta literatura, nos falta... nos falta.
3. Estoy parcialmente de acuerdo con lo de país divertido. El asunto es que vivimos lejos de las areas de combate. Los familiares de las víctimas no deben compartir la misma opinión. (leer sobre las víctimas de la violencia que viajaron a contar sus historias a Europa.
4. La información de primera mano es fundamental. Como la empresa de tu padre, existen muchas otras que simplemente callan la extorsión, las amenazas, las vacunas, etc. Me consta.
1-2-3-4. Un fuertísimo abrazo a todos.