El Bobo de Pueblo

Escrito Cotidiano por Carlos Eduardo Vásquez.
Quien no haya visto un “bobo de pueblo” no podrá entender la siguiente historia. El “bobo de pueblo” está a mitad de camino entre un personaje municipal y un pobre vergonzante. Vergonzante, por que casi siempre el “bobo de pueblo” pertenece a una de las mejores familias de la región. Es como si el destino tomara revancha por darle a unos tanto y a otros tan poco.

Pues bien, uno de estos “bobos de pueblo” viajaba en un bus intermunicipal a cinco filas de mi silla y por eso pude ver y escuchar lo que narro a continuación.

El “bobo” conversaba con uno de esos antioqueños afables y dicharacheros de bigote y sonrisa permanente. Su carriel lo situaba en una edad indefinida y le daba un aire de estar detenido entre dos épocas.

Estos personajes hablaban de la muerte del hermano del “bobo”. Un hombre muy rico al parecer. El “bobo” había viajado al entierro y contaba los pormenores del evento a su interlocutor. Entre las situaciones tragicómicas que iba contando, el “bobo” hacía lo que mejor sabe hacer un “bobo”: decir bobadas… Por ejemplo, decía que cuando muriera iba a dedicarse a “espantar” a la gente que lo hubieran conocido en vida. El otro, con sorna, le pedía que por favor a él no lo fuera a asustar. El “bobo” también mencionaba las ventajas de casarse con un cura… pero ¡él!

Los quince pasajeros del bus escuchábamos divertidos a la pareja cuando de pronto la situación adquirió un tono solemne. El “bobo” se puso serio y un amago de llanto cruzó por su rostro. Empezó a hablar de su hermano como si estuviera vivo. Con sus palabras lo resucitó y le empezó a dar vida. El del carriel tuvo paciencia, pero cuando el “bobo” alucinando dijo: “Es que mi hermano es el ricachón del pueblo”, el otro no pudo más y le corrigió: “Hombre, era… era, no ve que está muerto”. El “bobo” insistió: “No, mi hermano está vivo.” El del carriel replicó: “¿pero no me dijo, pues, que lo llevaron hasta el cementerio?” El “bobo” se empecinó: “Si, está en el cementerio, ¡pero está vivo!” a lo que el del carriel replicó desesperado: “Vea, una persona que esté en el cementerio no puede ser sino un difunto… a no ser que usted me haya dicho mentiras y entonces su hermano sea el sepulturero del pueblo, pues”

La risotada de los ocupantes de bus, ocultó el sollozo de tristeza del “bobo” y la mirada de furia que le lanzó a su imprudente acompañante.

Yo me bajé en ese momento y no supe del desenlace de la conversación. Me quedé como las señoras cuando se pierden un capítulo de su telenovela preferida. La verdad es que me he convertido en un adicto a las cotidianidades y hay historias que no dejan otra alternativa sino contarlas.

Comentarios

Carlos Andrés dijo…
final posible 1: El bobo tenía razón, y a su hermano lo habían enterrado vivo. Después de insistir durante una semana, día y noche en el asunto, la familia fue hasta la tumba del hermano mayor, y pudieron comprobar que se había arrancado el cabello... además boca-abajo.
Carlos Vásquez dijo…
Otro posible final es como la canción "no estaba muerto, estaba de parranda".
Carlos Andrés dijo…
final posible 3: el personaje en cuestión se estaba "haciendo el bobo".
Carlos Andrés dijo…
final posible 4: no hubo bobo, hermano, compañero de viaje, ni viaje ni bus... todo fue un sueño
Anónimo dijo…
estas opinones, me han robado unas cuantas carcajadas.
Anónimo dijo…
final final....

no va más...

está noche qué no me espern en la casa
Anónimo dijo…
Qué bobada, dejemos las cosas de ese tamaño.
Anónimo dijo…
Reaccioné igual que Xiomy, no me ha robado unas cuantas carjadas sino muchas. Muy Buena tu historia Carlos Eduardo. Es bueno pensar de vez en cuando, por eso me gustan los finales abiertos.

Entradas populares