Ni Pollo ni Enojo. Tips para que no se deje pillar
El señor Antipático ha elegido el rincón izquierdo del vagón para transportar su humanidad hacia el sur de la ciudad. Él y yo compartimos, sin que fuera nuestra intención manifiesta, el mismo espacio. Para evitar su cara adusta, elegí el extremo contrario. Voy a la derecha.
El Metro luce distinto los martes por la noche. Se ve menos gente. Llegamos a la siguiente estación. Algo ilumina el rostro del Antipático, parece ser un amigo. Una presencia robusta se sienta a su lado. No quisiera oírles, pero mi iPod se ha descargado, así que -en ausencia de música- tendré que acompañarme un poco de sus palabras.
Creo comprender pronto la amargura de Antipático. Le explica a Robusto que está peliado con la mujer. Ella se enteró de una relación oculta que sostiene con una jovencita. Terminado el relato de los hechos, le suelta a su amigo los siguientes tips.
“Para que no lo pillen –dijo- no llegue bravo todos los días. De una sospechan. En el celular, ponga el nombre de ella con nombre y apellido, nada de diminutivos ni alias. Tampoco se le ocurra hablar entrecortado cuando ella llama. El teléfono de la casa no es recomendable, alguien puede escuchar. Para rumbiar, es bueno Sabaneta; si se encuentra a alguien conocido, ni se preocupe, que de seguro va en el mismo plan. Pero lo más importante: no lleve pollo; por un pollo asado fue que me cogieron a mí”.
Ya sabe pues.
*Carlos Andrés*
El Metro luce distinto los martes por la noche. Se ve menos gente. Llegamos a la siguiente estación. Algo ilumina el rostro del Antipático, parece ser un amigo. Una presencia robusta se sienta a su lado. No quisiera oírles, pero mi iPod se ha descargado, así que -en ausencia de música- tendré que acompañarme un poco de sus palabras.
Creo comprender pronto la amargura de Antipático. Le explica a Robusto que está peliado con la mujer. Ella se enteró de una relación oculta que sostiene con una jovencita. Terminado el relato de los hechos, le suelta a su amigo los siguientes tips.
“Para que no lo pillen –dijo- no llegue bravo todos los días. De una sospechan. En el celular, ponga el nombre de ella con nombre y apellido, nada de diminutivos ni alias. Tampoco se le ocurra hablar entrecortado cuando ella llama. El teléfono de la casa no es recomendable, alguien puede escuchar. Para rumbiar, es bueno Sabaneta; si se encuentra a alguien conocido, ni se preocupe, que de seguro va en el mismo plan. Pero lo más importante: no lleve pollo; por un pollo asado fue que me cogieron a mí”.
Ya sabe pues.
*Carlos Andrés*
Comentarios
Cojer la camisa llenarla de tiza de billar y decirle a la mujer que estuvo con toda la noche con una jovencita; y claro como son jamas te creeran y se enojara mas por "QUE ESTABAS JUGANDO BILLAR"
Quizás, así, podras decir luego:"¡yo te lo dije!, pero nunca me creíste."
ESTOY DE ACUERDO CON LINA...
AHÍ ESTÁN PINTADOS LOS HOMBRES, POR ESO ES MEJOR DESCONFIAR DE TODO LO QUE DICEN PORQUE TARDE O TEMPRANO NOS DAREMOS CUENTA Y ES MEJOR SOSPECHARLO DESDE EL PRINCIPIO Y ASÍ NO NOS COGEN PPOR SORPRESA; Y AUNQUE DE TODAS FORMAS DUELE NO SERÁ TAN GRANDE EL DOLOR SI PENSAMOS SIEMPRE EN LO BUEN MENTIROSOS QUE SON
que llega a casa o que te llama; y ni hablar de la seguridad y propiedad con la que hablan cuando les preguntan por su esposa o por su novia:"Ah no, ella es la más fiel de todas y lo mejor de todo es que se cree todo lo que yo le digo, pues con mis detalles y mis palabras bonitas siempre la convenzo", y lo que mas chistoso me parece de toda esta cuestión es que ninguno de los hombres que recurren a esta estrategia nunca miran más allá de sus narices y solo ven a su mujer como la más
"estúpida y sumisa" de todas.
Pues bien invito a todos los hombres que emplean o creen que este método para engañar a la mujer es el ideal y el que nunca falla que se cuestionen y analicen la realidad de las cosas pues las mujeres generalmente somos las más cariñosas con nuestros novios, esposos o compañeros, entonces ¿Quién les asegura a ustedes que nosotras no utilizamos el mismo método? ¡PIÉNSENLO!.