Lugar-es
Empecemos por el principio: Un lugar no es un espacio. Es más que él. El lugar pasa por el espacio físico, expresado en metros cuadrados, condiciones de luz y aire, ubicación geográfca, pero lo supera; el lugar es espacialidad. E historia.
Un espacio deja de serlo cuando es simbolizado, representado, habitado por lo humano. Muchos lugares, de hecho, no precisan del espacio. Existen, por ejemplo, en la literatura. Pienso por un momento en el cuento de Borges, El Jardín de los Senderos que se Bifurcan, donde existe un laberito-libro.
Comienzo pues mi inventario de lugares, que no de espacios, en la ciudad de Medellín:
Parque Suramericana
Tranquilidad, frescura. No se necesita una gran escultura para construir un parque, con una buena vegetación es suficiente. Y en este caso sí que lo es.
Mirador de El Tesoro
Me recuerda a Rodrigo y Susana, los personajes de la novela de Abad Faciolince, Framentos de Amor Furtivo, quienes en las lomas de El Poblado, se refugian de la peste, pero no la miran. Desde allá se ve toda Medellín, allá abajo.
Paraninfo Universidad de Antioquia
La historia se mimetiza a manera de oásis. Nadie pensaría, estando adentro, que por un costado se encuentra el tráfico de la calle Ayacucho. Libros, música, martes, café, cine. No se necesita más.
Facultad de Minas, Universidad Nacional
Robledo. Lo moderno y lo clásico dejan su huella. El conocimiento técnico es matizado por los colores de Pedro Nel. Murales fantásticos. Técnica y arte: de nuevo la techné griega.
Un espacio deja de serlo cuando es simbolizado, representado, habitado por lo humano. Muchos lugares, de hecho, no precisan del espacio. Existen, por ejemplo, en la literatura. Pienso por un momento en el cuento de Borges, El Jardín de los Senderos que se Bifurcan, donde existe un laberito-libro.
Comienzo pues mi inventario de lugares, que no de espacios, en la ciudad de Medellín:
Parque Suramericana
Tranquilidad, frescura. No se necesita una gran escultura para construir un parque, con una buena vegetación es suficiente. Y en este caso sí que lo es.
Mirador de El Tesoro
Me recuerda a Rodrigo y Susana, los personajes de la novela de Abad Faciolince, Framentos de Amor Furtivo, quienes en las lomas de El Poblado, se refugian de la peste, pero no la miran. Desde allá se ve toda Medellín, allá abajo.
Paraninfo Universidad de Antioquia
La historia se mimetiza a manera de oásis. Nadie pensaría, estando adentro, que por un costado se encuentra el tráfico de la calle Ayacucho. Libros, música, martes, café, cine. No se necesita más.
Facultad de Minas, Universidad Nacional
Robledo. Lo moderno y lo clásico dejan su huella. El conocimiento técnico es matizado por los colores de Pedro Nel. Murales fantásticos. Técnica y arte: de nuevo la techné griega.
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