Algunas ideas para no escribir blogs y menos que una para intentarlo.

En la página 159 de su “Literatura y fantasma”, Javier Marías apunta Siete razones para no escribir novelas y una sola para escribirlas. Texto que me sugirió, luego de ser “blogger” durante poco más de un año, Algunas ideas para no escribir blogs y menos que una para intentarlo.


Razones para no escribir un blog…

1. Empecemos por decir que a nadie le importa que tú tengas un blog. Hoy es tan fácil abrir uno o varios, que a muy poca gente le parece interesante, curioso, o novedoso que lo tengas. Una explicación importante para ello es la segunda razón:

2. Demasiada gente tiene su sitio. Comunidades como MySpace, Facebook, UNYK, Flickr, y otras mil, ofrecen al usuario, de manera gratuita, publicar contenidos.

3. Ahora bien, en el caso específico de los contenidos derivados de intereses “literarios”, lo menos efectivo para el “candidato a escritor” es un blog, porque para el cibernauta hay ofertas tanto mejores que probar la deliciosa (seamos optimistas) prosa de los que escriben; el contrapeso de sitios ligeros que publican “videos charros”, datos curiosos, fotos que prometen la intimidad de famosos, últimas noticias de la tecnología y el entretenimiento es tan fuerte que -frente a ellos- el blog literario suena aburrido.

4. Un blog, salvo contadas excepciones, no da dinero. Uno ve cuánto esfuerzo realizan los bloggers para acumular visitas en sus contadores, a fin de obtener un mejor ranking en las listas de los anunciantes. No obstante, se necesitan demasiados hits para percibir un dólar; el esfuerzo es poco premiado.

5. Un blog no te hace famoso. Contados son los casos de personas que se hacen famosas por un blog. Es sí muy frecuente el caso de famosos con blogs famosos, pero en estas ocasiones el asunto ha sido al revés: la fama del personaje se convierte en visitas. Los pocos que han surgido al reconocimiento público por su sitio, han sido excombatientes contando intimidades del ejército norteamericano, atrevidas mujeres relatando su vida sexual, exhibicionistas que publican las fotografías de sus cuerpos desnudos, y otros excesos similares.

6. Nadie lo recuerda a uno por un blog, porque, precisamente, si dan con él es porque están buscando saber algo de uno. No al contrario. La condición de virtualidad en la autoría del blog hace desistir a cualquiera del intento de localizar personalmente al responsable.

7. El trabajo para abrir un sitio es mínimo. Tener un blog es tan simple como configurar un determinado número de opciones preestablecidas …un color, una plantilla, una fuente, una diagramación… y oprimir “publicar”.

8. La inmensa mayoría de lectores no-bloggers no publica comentarios. Por un lado, porque para publicarlos generalmente hay que ser miembro de la comunidad; por otro, porque está comprobado que las opiniones no cambian al mundo, y menos las publicadas en un efímero blog.

9. El cansancio del autor aparece pronto, al comprobar que trabaja, escribe, enlaza, publica, pero nadie lee; o lee y no le importa, o le importa pero no dice palabra, o la dice pero no vale la pena para uno.

10. Los navegantes se encuentran (nos encontramos) tantas ofertas de información en correos, y tantos propuestas de pinchar un link (sin mencionar las sobreoferta de la televisión, la radio y la publicidad exterior), que de a poco se han vuelto excesivamente selectivos y no cualquier cosas les convence o atrae.


Razones para no escribir un blog…

Para quienes nos interesa cultivar la sana escritura, un blog es una buena excusa para asir una comunidad de lectores que estén en contacto con la labor creativa de uno. Es un canal para ex - ponerse. Eso mismo, sin embargo, puede lograrse por vías bastante menos simples y, por tanto, más meritorias. En síntesis ésta es, por lo que a mí respecta, una razón incompleta.

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