Soy sincero

Las dos mujeres, de unos treinta años, terminaron de tomar su café a eso de la 1:30. Es mediodía y el sol calienta tanto como puede. Parece el presagio de lluvias en la tarde. Al levantarse de su mesa, salieron por la puerta sur del centro comercial. Yo las seguí porque ése también era mi destino. ¿Por qué me gusta seguir a algunas personas desprevenidamente? ¿Por qué juego a imaginarme sus vidas personales?
(Recuerdo inmediatamente a Don José, ese personaje que Saramago nos presenta en Todos los nombres, como un hombre dedicado a su colección de cien vidas de famosos, con una vida relativamente normal hasta que por accidente dio con el registro de una señora desconocida. La pregunta que circunda la novela es por qué una vida anónima de una mujer cualquiera es más interesante que las biografías de cien famosos).
Sigamos con las secretarias. Su charla, a la cual asistí tarde, giraba en torno a sus compañeras de trabajo. Ya se acercan al ascensor donde nuestros itinerarios se separarán. Lo último que alcanzo a escuchar es algo así como "Le dije así mija porque yo soy muy sincera. Yo sé que ella no le gustó pero yo soy así, demalas".
Entre la oficina y este computador me he venido preguntando hasta qué punto a veces no somos capaces de decir alguna cosa y nos excusamos arguyendo "Lo siento, soy muy sincero".

Comentarios

Alyssa dijo…
yo soy sincera tanto que alguna gente le molesta que le diga la verdad , y se enojan conmigo , especialmente aquellos mas cercano mi familia, pero creo que mas vale una verdad que una mentira piadosa, gracias me gusto tu articulo.....alyssa

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