Barreras: ¡Cómo no!

Variación sobre el tema “Cómo hacer amigos”


En alguna clase universitaria de Relaciones Públicas la profesora nos leyó algo proveniente de un libro cuyo título podría ser algo así como “Cuidado con lo que dice, como lo dice y donde lo dice”. En dicho texto había una reflexión sobre la famosa “primera impresión”, teoría según la cual la esencia del concepto formado sobre una persona proviene del conjunto de impresiones obtenidas en el primer encuentro con ella.

Luego de esta reflexión, la profesora fue a otra página del texto en donde se llevaba a un término más elevado lo anterior: la primera oportunidad (así como la primera amenaza) de “caer bien” a alguien proviene de la propia personalidad. Dicho de otra manera, que el tono de la voz, la forma de mirar, de vestirse, el ritmo de la dicción, y todos esos elementos de la comunicación no verbal, son la primera oportunidad -pero sobre todo la primer barrera- frente al otro.

A la profesora Ana María le creyeron poco en esa clase, lo cual en sí mismo permite una buena muestra de cómo lo leído en el texto era plausible: el primer conflicto en la tarea de un individuo para entenderse con otro es su propio modo de ser él mismo. Difícil esto de ser Ser Humano: basta con hablar (o esperar en silencio) y ya se generó el mal-entendido, la interpretación, el supuesto; pero tal vez no sea menos cierto que tanto mal entender a alguien como bien entenderlo es igualmente peligroso.


Escrito una mañana silenciosa. Sospechosamente.

Comentarios

Anónimo dijo…
yo no estoy de acuerdo del todo, si uno es claro en su comunicación no tendría por que haber mal entendidos.

Entradas populares