La "Abejita" de Conavi
Escrito Cotidiano por Carlos Eduardo Vásquez.
El sol pegaba con fuerza sobre el aviso de Conavi. Un grupo de clientes agonizábamos hacia media hora en la fila. Yo trataba de convencerme a mí mismo de lo absurdo de preocuparme por el saldo cada que uso el cajero. Al fin y al cabo, no soy el único colombiano que vive de exprimir su sueldo.
De pronto, alguien me tocó el hombro… Volteé para ver quien era y la hermosísima sonrisa de una estudiante me iluminó la tarde:
- Profe, me deja meter en la fila que estoy de un afán impresionante, ¿sí?
Frente a semejante sonrisa y esa voz tan tierna quién podría decir que no… por lo tanto le respondí con el mayor cariño y con el tono más amable que pude encontrar:
- ¡Claro que si! Con el mayor de los gustos, pero primero quiero que le pidas su consentimiento a estas quince personas que están detrás de mí en la fila… si ellos están de acuerdo, tu eres la próxima.
Sigo sin entender por que la muchacha dio la vuelta sin despedirse y se llevó con ella su hermosa sonrisa...
En la fila un par de sufrientes usuarios apoyaron mi actitud. Sin embargo, me quedé pensativo. Mi pretensión no era ofender a la estudiante sino que todos quedáramos contentos, ella por la rapidez de su vuelta bancaria y los demás por el gusto de ayudar a una joven tan bonita que traía tanto afán.
El sol pegaba con fuerza sobre el aviso de Conavi. Un grupo de clientes agonizábamos hacia media hora en la fila. Yo trataba de convencerme a mí mismo de lo absurdo de preocuparme por el saldo cada que uso el cajero. Al fin y al cabo, no soy el único colombiano que vive de exprimir su sueldo.
De pronto, alguien me tocó el hombro… Volteé para ver quien era y la hermosísima sonrisa de una estudiante me iluminó la tarde:
- Profe, me deja meter en la fila que estoy de un afán impresionante, ¿sí?
Frente a semejante sonrisa y esa voz tan tierna quién podría decir que no… por lo tanto le respondí con el mayor cariño y con el tono más amable que pude encontrar:
- ¡Claro que si! Con el mayor de los gustos, pero primero quiero que le pidas su consentimiento a estas quince personas que están detrás de mí en la fila… si ellos están de acuerdo, tu eres la próxima.
Sigo sin entender por que la muchacha dio la vuelta sin despedirse y se llevó con ella su hermosa sonrisa...
En la fila un par de sufrientes usuarios apoyaron mi actitud. Sin embargo, me quedé pensativo. Mi pretensión no era ofender a la estudiante sino que todos quedáramos contentos, ella por la rapidez de su vuelta bancaria y los demás por el gusto de ayudar a una joven tan bonita que traía tanto afán.
Comentarios
Mira, yo me trato de poner en la situación de tu estudiante y la entiendo; pienso que se le pudo venir a la cabeza, que al igual que ella probablemente habrían personas que tenían afán o como en tu caso estaban cansadas y hasta indispuestas por el calor; y en el caso tuyo,te felicito Soy victima de estas agotadoras filas a principio de mes, y se lo incomodo que es ver como la fila se agranda en ves de disminuirse. Xiomy
O acaso sería que por tener esa sonrisas es más importante que las demás personas?
Seguro que no.. por cierto, las filas es una de las peores desgracias del ser humano.. Así como suena.. desgracias.
Saludos
En conclusión en esta vida no estamos contentos con nada.