Incumplimiento
La congestión se instala en la base del cráneo, allí donde la espina dorsal se encuentra con el occipital. El dolor de cabeza comienza. Una jauría de zorras con las colas en llamas baja por los costados del cuerpo como en la historia de Sansón.
Hicimos cosas que no hubiéramos hecho y dejamos de hacer otras que hubiéramos podido hacer. Lo importante era cumplir. Cumplir la cita, la reunión, ser recogidos por otro, en fin... La llamada que nos eximía no llegó.
Tarde nos dimos cuenta de que fuimos engañados de nuevo por ese vicio terco de los latinos llamado “INCUMPLIMIENTO”.
- Ya te iba a llamar...
- ¡Pero, quedaste de recogerme hace diez minutos!
- Cancelemos la reunión, se me presentó otra cosa.
- ¡Pero, yo madrugué y estuve listo a tiempo!
- Fresco, no te preocupes... lo dejamos para otro día.
- ¿No podías haberme avisado, anoche... hoy temprano?
- Ah, se me olvidó. Discúlpame. Luego hablamos. ¡Chao!
El dolor de cabeza comienza con la intensidad de una lucha de bulldozers en una cancha de fútbol. Mil voces nos gritan “Imbécil” cerca de las sienes palpitantes.
Hemos sido violentados, vapuleados, irrespetados, asaltados en nuestra buena fe, humillados, ofendidos, azotados... juguetes del capricho de otro que le importa un carajo nuestro tiempo.
Hicimos cosas que no hubiéramos hecho y dejamos de hacer otras que hubiéramos podido hacer. Lo importante era cumplir. Cumplir la cita, la reunión, ser recogidos por otro, en fin... La llamada que nos eximía no llegó.
Tarde nos dimos cuenta de que fuimos engañados de nuevo por ese vicio terco de los latinos llamado “INCUMPLIMIENTO”.
- Ya te iba a llamar...
- ¡Pero, quedaste de recogerme hace diez minutos!
- Cancelemos la reunión, se me presentó otra cosa.
- ¡Pero, yo madrugué y estuve listo a tiempo!
- Fresco, no te preocupes... lo dejamos para otro día.
- ¿No podías haberme avisado, anoche... hoy temprano?
- Ah, se me olvidó. Discúlpame. Luego hablamos. ¡Chao!
El dolor de cabeza comienza con la intensidad de una lucha de bulldozers en una cancha de fútbol. Mil voces nos gritan “Imbécil” cerca de las sienes palpitantes.
Hemos sido violentados, vapuleados, irrespetados, asaltados en nuestra buena fe, humillados, ofendidos, azotados... juguetes del capricho de otro que le importa un carajo nuestro tiempo.
Amigos, discúlpenme, por insultar nuestras raíces, pero el latino es el único ser viviente capaz de concertar una cita y jurar sobre una cruz que la va a cumplir, aún sabiendo de antemano que va a faltar. Que puesto tan desvergonzado nos tocó en la evolución.
- Carlos Eduardo -
Comentarios
Un abrazo
Es tenaz confrontarnos pero es verdad, me reafirmo. Los latinos somos incumplidos... terriblemente inclumplidos... chevéres, contentos, inteligentes, recursivos, trabajadores pero... absouta e irredimiblemente IMPUNTUALES E INCUMPLIDOS.
Aprende a valorar el tiempo de los demás para que ellos aprendan a valorar el tuyo.
MAYRA ALEJANDRA MONTOYA P.
UNIREMIGTON