Ética de Gallinas. Ensayo
No son, aunque lo parezcan, ingenuas las gallinas. Su andar discontinuo, aparente paciencia, encuentra motivo en una revelación antigua: creado el ciclo de los días, el séptimo de ellos, aunque para el descanso, es tedioso, y por eso mismo indigno.
Huirle al ocaso del domingo es la única razón que las obliga a acostarse un poco antes de las 5:30 p.m. En principio fue una rutina difícil de lograr; dicho de otra manera, antes las gallinas no se acostaban con las gallinas. De un tiempo hasta acá –no obstante- se han venido acostumbrando.
Su hábito de madrugar es, contrario a lo que todos pensamos, una consecuencia de lo anterior, subterfugio para lograr el sueño necesario y excusar la terrible hora.
No pueden estar equivocadas, las gallinas.
*Carlos Andrés*
Leer también El Gallo de los Huevos de Oro.
Comentarios
Además, quiero compartir un comentario de mi mamá, que soltó espontáneamente luego de que le leyera este Escrito: "¿¿¿??? no entendí... por qué no escribe cosas como... como con más sentido...".
Amo su sinceridad; fue un comentario... !De madre¡