La noche, un texto caribe
A Joe Arroyo, un cantante infinito.
A Carlos Eduardo, como una imagen de este Colombia, paisa
y caribe al mismo tiempo.
A Carlos Eduardo, como una imagen de este Colombia, paisa
y caribe al mismo tiempo.
No sabía que el mar era salado hasta julio de 1989 cuando, en el tradicional paseo familiar a Tolú, salté sobre él salvajemente. En ese momento comprendí por qué al agua del río la llamaban dulce.
Nueve años de vida fueron necesarios para conocer el mar. Un recuerdo así suele anclarse en imágenes y sonidos. Las primeras, se encuentran en el museo-álbum de mi casa, donde aparezco con unos ojos irritados, una piel rojiza por los excesos de sol, y una familia feliz.
Los sonidos son más difíciles de retener, y siempre están relacionados con imágenes, al fin y al cabo así funciona la memoria. Sin duda, la más impactante es la de una pareja de adolescentes negritos que –semidesnudos- no paraban de darse besos en la “Playa del Francés”. A esa edad, cuando uno no ha visto la primera película o revista pecaminosa, ver una escena así es peligrosamente excitante.
Pero ella se sintió intimidada ante nuestra llegada e interrumpió el apretado abrazo oscuro que recibía en ese momento. Él, un poco disgustado, le pidió que no se fuera; el romanticismo de esa tarde-noche erótica había sido interrupto por un grupo de turistas paisas, bulliciosos e imprudentes.
La noche siguiente era el baile de bienvenida en el club vacacional. Allí, el muchacho -que resultó ser el Dj- sonó una canción –muy de moda en esa temporada, y la cantó con una entrega tal, que se convirtió en el recuerdo sonoro de mi primera visita al mar:
En invierno tu calor yo fui; tu sombra en verano ardiente sol. Yo mitigué tu sed de amor esa noche. Mi ninfa, di por qué te marchas, no te boté jamás. Viviré al recordar ¡Oh! Qué bonita fue esa noche. Me trae recuerdos la noche, besando tu boquita de grana, bella noche. Qué inolvidable esa noche, qué romántica noche, cuando besé tu boca de grana, bella noche. Otra, otra noche otra, ay dame otra noche más. Otra, otra noche otra…
La vida se parece a las canciones, y las canciones a la vida. Yo recuerdo más esa canción que su propio protagonista.
*Carlos Andrés*
Comentarios
ahora mas cuando estamos tristes nos identificamos con todas esas las letras que describen nuestra vida.
tienes una excelente fachada, escribes una cosa y haces otra, aparentas ser alguien, cuando en realidad solo sabes que eres una persona vacia, PJIC
1. Con respecto al texto, buenisimo traer a la memoria todo aquello que vivimos de pequeños cuando pasamos la primera vez frente al mar.
es maravilloso nuestra capacidad para recordar cada uno de los episodios de nuestra vida y en nuestra cultura conocer el mar es algo casi inolvidable. Hoy me devolvi a ese momento en el que temblaba del susto mientra sentia que la arena se movia por entre mis pies y vea a oscuras las inmensas olas del mar.
2. Estos espacios son dignos para aquellos que gustamos de leer y opinar o para quienes tienen que hacerlo para conservar una nota, ¿pero para que desgastarnos en textos vacios y resentidos?. n.a.p.a.