El Chavo del Ocho

Esta semana, una amiga me envió un delicioso ensayo sobre la soledad. En el texto, ella mencionaba la soledad de un personaje muy querido por todo el continente, El Chavo del Ocho.

Este ejemplo me llamó la atención por tratarse de un icono de la cotidianidad. Un latinoamericano que no haya visto nunca al Chavo, sería casi como un alien en una estación de gasolina o un ermitaño en una plaza de mercado. Estoy seguro que al mencionar a este niño fantástico que vivía en un barril, los primeros acordes del “tara tata tara tata tararara...” empiezan a sonar en nuestras cabezas.

Entonces, me quedé pensando en la mirada tan superficial que siempre le di al “Chavito” y empecé a reflexionar sobre el terrible drama que vivieron durante tres décadas los personajes de esta vecindad mexicana en pleno corazón del D.F.

En primer lugar, está don Ramón quien rozando la frontera de la vejez, languidece solo en medio de la miseria, a cargo de una hija que pasa su vida en el patio del frente ocupada en manipular y lavar el cerebro a otros niños.

Doña Florinda, una mujer madura y frustrada que vive del miedo que instila en su hijo entre comentarios clasistas y palabras mordaces. Su desarreglo y abandono físico son de lo más desapacible de la serie. Doña Florinda es un buen ejemplo de una pobre vergonzante jamás redimida.

La pobre doña Clotilde obligada a lidiar con el sobrenombre de “La Bruja del 71”. Una señora de edad, que vio marchitar sus carnes en espera de quien nunca habría de llegar y que ahora, arrepentida, se ofrece como mercancía de segunda mano al mejor postor.

Jaimito, el cartero, quien continúa ejerciendo un oficio excesivamente demandante a una edad en la que la mayoría de sus congéneres ha alcanzado las mieles de la jubilación y que camina por la vida arrastrando el dolor de un amor perdido entre las calles polvorientas de Tangamandapio.

El señor Barriga, en su eterna búsqueda de la aceptación social que, obviamente, no le ofrece su entorno privilegiado y que lo obliga a buscarla entre los inquilinos de la vecindad. Se le abona que no actúa como un señor feudal sino como un hombre simpático que recauda sus arriendos.

El profesor Jirafales que se debate en medio de una incapacidad de amar escalofriante y que dejó pasar los años ahogado en un amor intangible y sin frutos. Tuvo una mujer que a pesar de los inconvenientes arriba descritos fue decente, amable y tierna con él. Pero el profe en ningún capítulo le declara su necesidad de amor y como castigo sufre de una soledad casi tan larga como su figura.

Finalmente, la serie sale del aire. Roberto Gómez Bolaños y Florinda meza regresan de la “pesadilla de los solos”. Celebran su amor al formalizar su unión y entre los invitados, deambulan los personajes más sufridos de todos: El Chavo, la Chilindrina, Quico, Godinez, la Popis, Patty y Ñoño. Esos seres infelices, condenados como en un cuento de hadas a vivir una niñez a perpetuidad.

Le doy las gracias a quien inspiró este tema y si lo tergiversé un poco, espero que ella entienda que fue “sin querer queriendo”.


- Carlos Eduardo -



Comentarios

Carlos Andrés dijo…
Unos estudiantes presentaron un trabajo final de Semiótica sobre El Barril. Salen cosas hermosas.

El Chavo hace parte del patrimonio audiovisual de Latinoamérica. Lo más hermoso es cómo se logra recrear en un set tan pequeño toda los dramas universales del ser humano. Bolaños, Chespirito, es, como él mismo quiso hacerse notar, un Shakespeare chiquito. Es un genio.

Lo de la soledad y otros temas están ahí, y han estado por siempre. Sólo que, atrapados por cada capítulo, no habíamos tenido tiempo de pensar en esos asuntos.

Un buen texto para pensar y recordar; un Escrito Cotidiano.
Anónimo dijo…
he sido fiel expectadora del chavo y creci con cada uno de sus dichos y sus manias, siempre he admirado los efectos especiales que para la epoca tenia la serie, y extrañe inmensamente la presentacion en plastilina que tuvieron en una epoca. Sin embargo hay preguntas que nunca pude saber como: Quienes son los padres del chavo? quien paga la matricula de este? quien fue el papa de kiko y la mama de la chilindrina? quien es la mama de ñoño? quienes son los padres de godines y de la popis?, en fin hay muchas pero creo que si supiera las respuestas la magia del chavo se perderia,,,,
Anónimo dijo…
jamas en tantas veces que me me vi el chavo, vi tanta soledad en todos y cada uno de sus personajes, es mas, ya lo estaba empezando a odiar, pero hoy despues de descubrir la tragedia escondida tras la risa, mi percepcion cambia, es dificil no idenficarnos con alguna de las "clases" de soledadades que Carlos Eduardo nos personifica en la vecindad del chavo del 8.

gracias Carlos.
Carlos Vásquez dijo…
Bueno, buscando un poco por la Web encontré este sitio con excelente información sobre el Chavo del 8, espero que no pierda su encanto, pero resuelve varias de las dudas del comentario anterior.

http://www.chavodel8.com
bufonazo dijo…
El chavo viviá en la casa 8... por eso es el chavo del 8...

La verdad que sí, todos los personajes tenían una vida bastante solitaria. Es más a veces aparecían personajes secuandarios como una mujer muy linda de la cual se enamoraba Don Ramón y ella era soltera y tenía -no recuerdo bien- una hija o una sobrina... en lo cual se cierra el circulo de personas solas...
Anónimo dijo…
qué lindo relato! Me hiciste recordar esa infancia tan inocente que vivimos los de mi generación.
Ahora con armas, guerras y batallas, las series, dibujos y el día a día, no es lo mismo.
Anónimo dijo…
EL CHAVO DEL 8 ES VERDAD QUIEN NO HA VISTO ALGUN CAPITULO DE ESA INOCENTE PERO GENIAL SERIE QUE HASTA HOY EN DIA HACE REIR A LA GENTE DE SUR AMERICA---
Anónimo dijo…
EL PODER DE LA PERSPECTIVA
intentando respetar sus comentarios; yo vi unnos niños felices, corriendo, normales; en los que me vi reflejado y vi reflejados a mis amigos (de hecho creo que la TV buscamos esto=reflejarnos e identificarnos con alguien. O quien no se creyó un caballero del zodíaco). Y no crecí en una vecindad, ni en lo que podríamos llamar su evolución:unidad cerrada; tampoco fui pobre, ni vivía en un barril. Yo en cambio recuerdo un señor muy "bacancito" que recuerda su hermosa tangamandapia, una señora que no pasa por encima de los niños que la tildan de bruja, unos románticos enamorados que se llevan flores y toman café; y un honorable que "con las uñas" saca adelante a su hija. Yo por mi parte recuerdo canciones cómo: "que bonita vecindad, es la vecindad del chavo, no vale muchos centavos, pero es linda de verdad". Si alguien tiene contacto con Roberto Gómez: díganle que le agradesco con el alma lo que me acompañó en mi niñez y que le aseguro que mis hijos van a saber de él.
Anónimo dijo…
El maestro de la actuación de comedia, en latinuamerica, es el señor Jorge Goméz Bolaño; que en su experiencia que era real de un niño de la ciudad de mexico, que vivia en un barril y que a la edad de los 12 años; le enseño a toda america el valor de la amistad, de la comida, de la felicidad y de el poder de los sueños.

Quien de nosotros no paso las horas de la tarde un día sabado, al rededor de las cuatro de la tarde viendo los coscorones que le daba don Ramón.

Sea esta una posibilidad para agradeserles a cada uno de los actores que encarnaron en su corazón y en su vida el espiritu de estos niños y mayores que nos alegraron nuestra niñes.

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