Dis-traer
Tan desenfadado como su chaqueta naranja, este señor es realmente elevado (En los dos sentidos de la palabra: distraído y alto). Además, trepó las escalinatas del metro a zancadas de a tres o cuatro peldaños; lleva afán. En medio de su peripecia, el Señor Maroma intenta por un fugaz momento leer un aviso incrustado en el rellano de la escalera, y, en el acto, tropieza ligeramente. Aunque no cayó, su premura -y de seguro también su orgullo- le impidieron devolverse a mirar bien el letrero. El tren pita su llegada a la estación, así que no había tiempo para perder en anuncios inútiles.
Algunos peldaños detrás suyo, iba yo, resignado ya a esperar el próximo tren. Quise aprovechar el excedente de tiempo leyendo aquel texto que casi provoca la caída del gigante.
En un verde-metro, fondeado con su particular gris corporativo, la inscripción decía:
“No se distraiga al subir estas escaleras”
Algunos peldaños detrás suyo, iba yo, resignado ya a esperar el próximo tren. Quise aprovechar el excedente de tiempo leyendo aquel texto que casi provoca la caída del gigante.
En un verde-metro, fondeado con su particular gris corporativo, la inscripción decía:
“No se distraiga al subir estas escaleras”
Comentarios
o el afán lo lleva
que lleva uno?
que lo lleva a uno al afán?
los domingos a las 6:30 me pongo existencial, vez? menos mal a los cinco minutos vuelvo a la amnesia
saludos
El domingo en la tarde tiene esa sazòn rara... en fin, ahora que lo pienso podrìa ser un Escrito Cotidiano.
Casi simepre cometemos bobadas por leer, ver y escuchar lo que no nos imcumbe.