Palabras...
Un Escrito Cotidiano por Diana Montoya.
No tengo nada contra las personas que voy a mencionar… es más, quisiera ser tan libre como ellos, pero infortunadamente no lo soy.
En fin... esta es la historia:
Anoche en San Antonio, mientras escuchaba la poetisa brasilera Lucia Nogueira, escuché una conversación que no deja de darme vueltas en mi imaginación.
A mi lado se sentaron cuatro muchachos, todos con apariencia muy similar a Bob Marley (rastas): pantalones cortos, sandalias playeras, gorro tejido...
Conversaron largo rato, hasta que uno preguntó: ¿Ve y cómo te fue en la fiesta de ayer? Hasta ahí todo normal. La respuesta fue la “anormal” para mi.
- Nooo parce, solo estuve un rato por que había mucho “loco”- respondió el otro.
Locooo…locoo…loco….la palabra hizo eco en mi cerebro. El tipo dijo que “había mucho loco” y tan tranquilo. No supo que lo había escuchado. No imaginaba que podía hacer volar la imaginación de alguien más. En este caso, la mía.
Lo mire de arriba-abajo cuatro veces y traté de imaginar como eran sus “locos” de la fiesta. No lo logré, no he podido...
La moraleja es que las palabras van atadas a la interpretación e interpretamos desde lo subjetivo.
No tengo nada contra las personas que voy a mencionar… es más, quisiera ser tan libre como ellos, pero infortunadamente no lo soy.
En fin... esta es la historia:
Anoche en San Antonio, mientras escuchaba la poetisa brasilera Lucia Nogueira, escuché una conversación que no deja de darme vueltas en mi imaginación.
A mi lado se sentaron cuatro muchachos, todos con apariencia muy similar a Bob Marley (rastas): pantalones cortos, sandalias playeras, gorro tejido...
Conversaron largo rato, hasta que uno preguntó: ¿Ve y cómo te fue en la fiesta de ayer? Hasta ahí todo normal. La respuesta fue la “anormal” para mi.
- Nooo parce, solo estuve un rato por que había mucho “loco”- respondió el otro.
Locooo…locoo…loco….la palabra hizo eco en mi cerebro. El tipo dijo que “había mucho loco” y tan tranquilo. No supo que lo había escuchado. No imaginaba que podía hacer volar la imaginación de alguien más. En este caso, la mía.
Lo mire de arriba-abajo cuatro veces y traté de imaginar como eran sus “locos” de la fiesta. No lo logré, no he podido...
La moraleja es que las palabras van atadas a la interpretación e interpretamos desde lo subjetivo.
Comentarios
Quizás en la reunion había gente con saco y corbata, que para él serían los verdaderos locos.
Preguntas sin resolver....
Siempre que la vecina llamaba al manicomio, se la llebavan a ella; su locura era tal que cualquier persona que entrara, realmente se arriesgaba a perder los hilos de su personalidad. Y ellos tan tranquilos.
Buena pregunta: ¿quién es el loco?
Un abrazo.
No habia leído el blog porque estoy medio en-red-ada, pues ahora tengo más lios de los normales. Pero me agrada muchote que hayas escrito.